¡Aquí estamos una vez más! Y, en esta ocasión, queremos hablaros de la limpieza de metales. Tal y como nos hemos encargado de repetir una y otra vez en nuestro blog a lo largo de los años, la limpieza es un proceso fundamental para el mantenimiento de los muebles. En este sentido, hacerlo correctamente puede retrasar mucho el momento de restauración de los mismos. Por eso ya os contamos todo acerca de cómo limpiar un espejo antiguo. Hoy queremos centrarnos en cómo limpiar metal. ¿Te animas?

Cómo limpiar metales dorados

Existen millones de muebles diferentes en el mundo y, en consecuencia, podemos hallarlos con todo tipo de metales. Pero en El Rincón de mi Taller queremos ser prácticos y hablaros de cómo limpiar los metales más utilizados en la fabricación de muebles. Y ahí por supuesto entran los metales dorados. Después de todo, tal y como vimos en algunos artículos como el dedicado al art decó, algunos estilos explotan al máximo el color dorado. La pregunta es: ¿cómo limpiar metales dorados de manera eficiente?

Pues muy sencillo: lo único que tenemos que hacer con estos metales es sumergirlos en agua mezclada con amoniaco al cincuenta por ciento. Existen otras maneras, por supuesto, pero esta nos proporciona un gran beneficio adicional: no tendremos que andar buscando pequeñas herramientas con las que poder alcanzar los rincones más pequeños de la pieza para limpiarlos. De todas formas, en nuestro artículo sobre limpiar el latón encontrarás algunos otros consejos extensibles al resto de metales dorados.

Limpiar cobre y plata

Ahora vayamos con la plata, otro material muy ampliamente utilizado en el diseño de mobiliario. Limpiarlo requiere de una combinación casera de bicarbonato de sodio y agua. Una mezcla que deberemos usar para frotar la pieza de plata y eliminar así tanto las manchas como el óxido. Si la pieza es pequeña y tenemos esa posibilidad tan cómoda de bañarla directamente en agua con jabón líquido, hagámoslo. Ahora que ya sabes cómo se limpia la plata, hazlo periódicamente para realzar sus propiedades estéticas.

En cuanto al cobre, otro clásico de los muebles, tendremos que utilizar una nueva mezcla: en esta ocasión se trata de vinagre de vino blanco con un poco de sal, aunque también podemos utilizar zumo de limón si nos resulta más cómodo. En cualquier caso, frotando suavemente por toda la pieza conseguiremos que recupere todo su esplendor. Como ocurre con el resto de materiales, la respuesta a cómo limpiar cobre es sencilla y solo tenemos que ponernos a ello. Pero aún tenemos dos grandes metales más que analizar.

Limpiar bronce y aluminio

Hablamos del aluminio y del bronce. ¿Pero cómo limpiar el aluminio de manera casera para que quede ideal y recupere toda su belleza? Muy fácil: solo necesitaremos agua y detergente líquidos. Después de todo, toda cubertería es esencialmente aluminio y la limpiamos precisamente así. En caso de manchas muy adheridas, y como todos sabemos ya, bastará con dejarle en remojo con agua caliente y detergente líquido. En unas horas resultará mucho más sencillo eliminar esas manchas y dejar la pieza perfecta.

Por último, ¿cómo limpiar el bronce? Aquí no hay truco: nos sirve exactamente la misma técnica que para limpiar el aluminio. Recuerda siempre secar con un paño suave tras enjuagar y frotar. Ah, y si se trata de una pieza de bronce tallado, el cual posee ciertas características especiales, te recomendamos utilizar un cepillo suave para frotar una mezcla de agua y zumo de limón. ¡Te quedará perfecta! Cuida de tus metales y durarán muchísimo más tiempo. Además, puedes emplear estas técnicas para tus restauraciones.