Hace unas cuantas semanas os trajimos uno de los estilos decorativos más peculiares que existen: la decoración náutica. En aquellas líneas os explicamos que existen pocos estilos de interiores en los que exista una relación tan estrecha entre sus particularidades estéticas y el entorno que las propicia. Los colores, por ejemplo, guardan una conexión directa con el mar, el aire, la arena y el sol. Cuando entras a una estancia decorada al estilo náutico, sientes una oleada de océano en tu mente. Pero no ocurre únicamente con este estilo: también con el nórdico.
La decoración nórdica, también conocida como decoración escandinava, está íntimamente ligada a todas esas condiciones ambientales vinculadas a los países del norte de Europa. La dominancia absoluta del blanco refiere a las necesidades de iluminación de los hogares nórdicos. Allí, la cantidad diaria de horas de luz es muy inferior a la que disfrutamos en los países mediterráneos. La supremacía del blanco, junto con el minimalismo que lleva implícito este estilo decorativo, son dos maneras estupendas de maximizas esos tenues rayitos de luz solar.
Lo mismo ocurre con los tejidos. En el caso de las cortinas, por ejemplo, encontramos tejidos muy finos para que no taponen la entrada de luz. En líneas generales, el estilo nórdico utiliza materiales naturales como la lana y el cuero. Otro rasgo bastante relacionado con la conexión histórica de los pueblos nórdicos con la naturaleza. De hecho, también predomina la madera como material predilecto de muebles y suelos. Un punto más de pureza y sencillez. Es más, esta sencillez está presente en todos los aspectos. Una vida natural, simple y armónica.
Hygge decoración
Y hablando de armonía, tenemos que realizar una paradita en la decoración hygge. Para quienes no hayan oído nunca hablar de la filosofía hygge, se trata de una filosofía de origen danesa basada en la valoración positiva de las pequeñas cosas cotidianas. Es decir, entiende la felicidad como una actitud de agradecimiento por elementos aparentemente poco trascendentes como el olor de una taza de café, meterse en la cama cuando hace frío o una bonita puesta de sol. Por el contrario, invita a no concentrar malas emociones en torno a eventos negativos.
En términos generales, la decoración hygge, como nórdica que es, posee los elementos fundamentales del estilo escandinavo. Una atmósfera chill con colores muy claros, optimización de la luminosidad, amor por la madera y algo de verde interior. Pero es algo menos minimalista. Presta una especial atención a los pequeños detalles y el disfrute de los mismos. Así, podemos encontrar mayor presencia de bombillas por las paredes, más velas, más cojines y, en general, más elementos que proporcionen un placer inmediato a la vista o al tacto. Puro hygge.
Muebles escandinavos
La decoración escandinava es perfecta para quienes viven en lugares con muy poquita luz. No solo en ciudades del norte de Europa. Aquí mismo, en el norte de España, no contamos con toda la luz que desearíamos. Pero no debemos limitarla únicamente a eso. En general, este estilo decorativo resulta ideal para todas aquellas personas que buscan un ambiente minimalista y espacioso. La luminosidad, la liviandad y la blancura generan sensaciones de amplitud mental. Es como si hubiera más quietud y más espacio dentro de nuestras cabezas. Y eso es genial.
Pero no vale solo con pintarlo todo de blanco, comprar cortinas blancas y quedarse con lo esencial. También son necesarias muebles estilo nórdico que complementen la estampa. Como apuntábamos antes, suele tratarse de muebles claros de madera y con formas simples. La decoración nórdica no solo no es sobrecargada en cuanto al número de elementos. También en cuanto al diseño de los mismos. En el Rincón de mi Taller estamos esperando tus propuestas nórdicas para hacerlas realidad. ¡No tardes mucho!