Una descalzadora es un mueble clásico que consiste en un asiento bajo utilizado para calzarse o descalzarse. Si quieres contar con un mueble realmente útil, pero sobre todo estético, te encantarán las descalzadoras antiguas restauradas. Imagínate contar con una pieza antigua y de valor, pero retocada para que tenga un nuevo aspecto, ya sea como sería originalmente o tuneada para que luzca mucho más moderna. Aunque puedes encontrar descalzadoras nuevas, si buscas un mueble con encanto, las descalzadoras restauradas son lo que estás buscando.

Características de las descalzadoras

Tu descalzadora se convertirá en un mueble estupendo tanto para decorar tu hogar como para su uso habitual. Aunque existen muchos modelos y encontrarás diferencias en todos ellos, la mayoría de estos muebles se caracterizan por tratarse de una superficie elevada sobre cuatro paras y mullida para poder sentarse encima. En algunas ocasiones incluso cuenta con un par de pequeños reposa brazos para apoyarse en ellos, aunque nunca cuenta con respaldo, ya que no te sería necesario para su función.

Ten en cuenta que utilizarás la descalzadora para apoyarte en ellas cuando quieras cambiarte los zapatos. Así podrás hacerlo de manera cómoda y rápida sin tener que agacharte completamente.

Cómo se restaura una descalzadora

Antes de aprender como restaurar una descalzadora debes saber que dependerá en cualquier caso de tu tipo de mueble. Se deberán seguir diferentes pasos según la clase de características que encuentres. Sin embargo, como la mayor parte de descalzadoras comparten características hay ciertos pasos que seguramente sean comunes a todos los modelos. Por ejemplo, será común encontrar descalzadoras antiguas tapizadas, por lo que tendrás que cambiar la tela del mueble y tapizarlo de nuevo. De la misma forma, seguramente tu descalzadora tenga las patas y estructura principal de madera. En estos casos, podrás tratar la madera para recuperar la madera original o pintarlo para darle un nuevo aspecto.

Cómo se restaura una descalzadora

Tapicería

Antes de comenzar seguramente debas restaurar las cintas y el relleno del mueble para que una vez terminado sea seguro y quede bien mullido. Después, deberás tapizar el mueble con la nueva tela que hayas seleccionado, haciendo especial hincapié en los acabados. También debes forrar la parte posterior, aunque sea la que quedará de cara al suelo y apenas se vaya a poder ver, resultará mucho más estético que lo dejes bien tapado. Además, puedes añadir cualquier clase de adorno de mercería para dar los últimos remates.

Pintura

Es muy probable que antes de pintar, debas retirarlos restos de pintura anterior o de barniz. En este proceso es posible que descubras capas de la madera con una interesante veta o tono. Si te gusta como queda puedes tratar la madera y dejarlo así o incluso oscurecerlo. Si prefieres pintarlo para cambiar radicalmente el color, no olvides extender bien la pintura y al terminar aplicar barniz o cera para proteger el resultado.

Dónde colocar una descalzadora renovada

Las descalzadoras vintage quedan estupendamente en cualquier rincón de tu hogar o incluso de tu negocio. Aunque se trate de un mueble clásico, con la restauración puedes conseguir un resultado muy moderno para que encaje en tu estilo. Sin embargo, por cuestiones prácticas, los dos lugares más habituales para colocarlas son los siguientes.

Dormitorio

Es muy probable que tu armario y tus zapatos se encuentren en tu cuarto. Por eso, las descalzadoras dormitorio son una estupenda opción, ya que, como tendrás cerca los zapatos podrás cambiártelos cómodamente.

Recibidor

Sin embargo, si tus zapatos y los de tu familia se encuentran en la entrada de la casa, es posible que te interese más colocarlo en el recibidor. De esta forma, decorarás esa zona tan visible de tu hogar ofreciendo un espacio para colocarse los zapatos a los miembros de la familia.