En nuestro artículo sobre cómo restaurar un mueble antiguo os dejamos algunas ideas para darle una nueva vida a ese mobiliario que parece destinado a la extinción. Porque solo lo parece: con un poquito de creatividad, pasión y técnica podemos dar muchísimos nuevos usos a todos esos viejos muebles. Usos que, en muchos casos, no son los que tenía el mueble originalmente. Por ejemplo, convirtiendo una puerta en una tabla para una mesa. Solo hay un problema: nos hemos quedado sin puerta. A veces, queramos o no, comprar es una necesidad.

Pero en esos momentos surgen muchas dudas. Dudas relacionadas con el estilo, con los colores y, por supuesto, con los materiales. De todos ellos, el más utilizado para la fabricación de muebles es la madera. Sus propiedades lo convierten en el material ideal. Pero hay muchos tipos de madera para muebles. Muchísimos. Y la elección entre uno y otro dependerá de innumerables factores. No obstante, y para que puedas tomar una decisión mucho más precisa, vamos a hablarte de los principales tipos. Pero antes, una paradita: hablemos de sus propiedades.

 

Propiedades de la madera

A la madera le sobran las razones para liderar el universo de materiales para muebles. En primer lugar, goza de una enorme resistencia mecánica, una gran flexibilidad que permite su manipulación, y una gran capacidad para aislar térmica y acústicamente. En segundo lugar, es un material natural que nos resulta muy integrador y puro y que apenas requiere tratamiento. En tercer lugar, y tal vez esta sea una de las propiedades de la madera más importantes, es un material muy hermoso a la vista. Y, en cuarto lugar, comprende una subvariedad gigante.

 

Tipos de madera para muebles

Hay muchísimos tipos de madera que pueden utilizarse para la fabricación de muebles. Pero, a grandes rasgos, podemos distinguir los tipos de madera dura y los tipos de madera blanda. Los primeros proporcionan mucha resistencia y están destinados a muebles de gran calidad y precio. Como la madera de roble, la madera de nogal o la madera de encima. Los segundos ofrecen menos resistencia y están destinados a muebles de menor calidad y mucho más económicos. Como la madera de abedul o de pino. A continuación, vamos a profundizar en algunas.

 

Madera de roble

Es una de las maderas más resistentes y duraderas que existen. Suele tener tonalidades claras, aunque depende también del subtipo de madera de roble en cuestión, pues hay muchos. Tiene una utilización muy frecuente en estructuras de gran calidad como parqués, suelos y determinados muebles debido a sus fantásticas cualidades de flexibilidad.

 

Madera de nogal

Si la madera de roble era resistente, la madera de nogal es súper resistente. Se trata de una variedad muy pero que muy dura que le otorga mucha durabilidad, aunque por desgracia es más vulnerable a la carcoma que otras. Tiene un color marrón chocolate, más o menos oscuro dependiendo de la subvariedad. Se utiliza, principalmente, para muebles interiores y adornos de altísima calidad.

 

Madera de haya

Otra de las maderas más duras que podemos encontrar en el mercado. Y en la naturaleza, claro. Aunque padece un problema que le resta durabilidad: es bastante propensa al ataque de los hongos. Sus colores suelen ser claros y cálidos. Y su uso, muy habitual, suele destinarse a muebles de interior y suelo. La madera de haya, tal y como podemos ver, es una de las más versátiles.

 

Madera de pino

Hablamos, en esta ocasión, de una de las maderas más populares que existen. Y no es casualidad: la madera de pino es muy pero que muy fácil de trabajar. Por eso está tan presente en muebles, revestimientos, embalajes o molduras. También porque es una madera blanda y, por ende, más barata que las anteriores. Suele tener colores claros tirando a miel y una textura muy uniforme.

 

Madera de palisandro

Y terminamos con el palisandro. Uno de los tipos de madera más exquisitas que existen en la actualidad. Aunque también una de las más escasas. Todo ello, unido, implica un precio bastante más elevado que las anteriores. Su uso suele estar dirigido a la ebanistería, la fabricación de instrumentos musicales o la fabricación de piezas de artesanía. Una opción para quienes quieren calidad por encima de todo.